miércoles, 22 de febrero de 2012

echar de menos, o de más

Mientras pasan los días y vives tu vida hay gente a la que no ves, con la que ni tan siquiera hablas pero eso no implica que te hayas olvidado de ella, que no te pares unos segundos al día para recordarlos... 

Extrañas a los que se han ido de la ciudad, por trabajo, por amor, o por despecho. Los que se han ido por que no eran de aquí y no quedaba otra opción que la de que volvieran a sus casas, por que allí, alguien los echaba de menos a ellos. Los que se han ido y por mucho que lo desees no volverán por que por alguna razón que se escapa a tu entendimiento han dejado esta vida; los que viven, pero como si no lo hicieran y mientras buscas una explicación, un motivo por el que ya ni os dirigís la palabra, después de tanto, después de todo, sigues echándolos de menos.

Extrañas conversaciones, paseos, sonrisas, miradas...

Puede que cada día los recuerdes, y que por simple dejadez no cojas el teléfono y acortes distancias con  una llamada, o un mensaje o un e-mail, ahora que los teléfonos hacen tantas cosas igual se nos olvido que en su origen servían para comunicar a las personas.

y mientras tú echas de menos, alguien te echa de más. 

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