martes, 20 de marzo de 2012

JORNADAS anti-DEPRESIVAS

Lidio a diario con gente en eterno luto, de sonrisa forzada, con problemas tan poco triviales como extremadamente absurdos. 

Y lejos de fingir un mínimo interés, que es lo que debería hacer, los escucho, asiento y cuando se quieren dar cuenta hice uso de mi brocha especial de pintar sonrisas en caras ajenas y sonríen, e igual a los cinco minutos retoman su vida de dramas pero lo hacen con el eco de su risa y de la mía resonando en sus cabezas.

Es cierto que a medida que nos hacemos mayores, mayores por experiencias que vivimos no por años cumplidos, nuestros problemas son más graves o más importantes, aunque en cierto modo y bajo mi punto de vista, el egoísmo del ser humano se ve incrementado cuando de problemas se trata. Todos piensan que los suyos son los más graves, los de más difícil solución, vamos, que son "mejores" problemas.

Yo  no creo que los míos sean peores que los de los demás, simplemente siendo consciente de su existencia pienso que alguien puede estar pasando un momento peor que el mío, giro la vista y automáticamente encuentro motivos para sonreir y trato de estar mejor.  

Por que yo también tengo malos días, pero me los traigo a casa metidos en  el bolso y al llegar, los guardo bajo el colchón.

Y aunque ahora mismo me sobren motivos para estar mal y no me falten ganas de llorar, lo evito, sigo hacia delante, caminando como puedo pero sonriendo. Sé que muchos no se extrañarían si un día les dijera que realmente estoy triste o preocupada pero perdí la costumbre, o de estar mal o de simplemente querer hablarlo. O sólo es que pienso que si no hablo hablo de ellos existen menos... O que no me considero tan importante como para robarle tiempo a la gente que me rodea y aprecio hablando de cosas que en la inmensa mayoría, por no decir que en todos los casos, tendrá solución.

Quiero pensar que la alegría es un estado que se contagia, que se transmite simplemente con miradas y ahí estoy yo, sonriéndole a la vida y a quienes me cruzo en ella, por muy muerta que me sienta, por pocos motivos que crea tener. Por que el simple hecho de vivir, es el mejor motivo para estar alegres que se nos presenta afortunadamente día tras día.

Saldré de casa antes sin bragas que sin sonrisa ¿y tú?



No hay comentarios:

Publicar un comentario